lunes, 19 de enero de 2015

El Mar en la poesía: Cesar Cabello

Abrimos esta muestra con Cesar Cabello. Nacido en Santiago en el año 1976, ha publicado "Las edades del laberinto" (2008); Industrias CHILE S.A. (2011), y "El país nocturno y el enemigo" (2013). Ha sido antologado en "Nueva Poesía - Selección 2005 (2006); "La memoria iluminada. Poesía mapuche contemporánea" (2008); "Los cantos ocultos. Antología de la poesía indígena latinoamericana" (2009);  "Memoria poética. Reescrituras deLa Araucana" (2010); "Escribir en la muralla.Poesía política mapuche" (2011). En el año 2000 obtuvo el premio Jorge Tellier y en el 2006 el premio Eduardo Anguita. En los años 2007 y 2011 recibió la Beca de Creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura. En los años 2010 y 2012 se le concedió el Premio a las Mejores Obras Literarias por los libros "Industrias CHILE S.A."  y "Los bajos campamentos", respectivamente.



Discurso del presidente y capitán de Industrias CHILE S. A.



ANTONIO ROMANO MONTALBAN

EN EL ACTO CONMEMORATIVO DEL BAUTIZO Y ZARPE

DE LA MENTADA EMBARCACIÓN.



Camaradas e indigentes de Chile:


Saludos a los lienzos y pancartas navales que se encuentran en esta concentración. Saludo a los familiares y amigos de los que hoy parten. Saludo a los sin Patria , las banderas negras de los partidos y movimientos políticos que participan en el bautizo y zarpe de Industrias CHILE S.A. Saludamos a los viajeros despostadores y arponeros de los libros de Melville y Salgari, que se han sumado al difícil negocio de levantar un país flotante en altamar. No somos un barco fantasma ni los restos materiales de un navío extraviado y sin norte. Somos más reales que el hueso y la calavera. Que-a tiro de cañón y espada- impusieran en nuestras costas la piratería inglesa y otros buques del terror. Somos más modernos, jóvenes, y de verdad, estamos más locos. Créannos.

En el año de La Rata –para los chinos- sentimos la ausencia de alguien que siempre estuvo junto a nosotros, la destacada bibliotecaria y maestra normalista, doña Isabel Ramos. Sin su delicada asistencia e intercambio de libros de literatura infantil y juvenil, esta empresa no hubiera sido posible. Su voz ronca y fríos modales, permanecerán para siempre en nuestros corazones, como ese poema de Pierce titulado “Para conmemorar una infancia” (A veces mal traducido como “Palmeras”), en el que un mozuelo, en edad de merecer, recuerda los endiablados muslos de las sirvientas negras que trabajaban en su colonial casa de su padre diplomático, Dos cosas aprendimos de la lectura de ese retrucado poema señorial que Isabel Ramos nos encajara en la memoria: la primavera, a configurar una conciencia de clase, marginal y libresca (todos éramos hijos o hermanos de sirvientas o empleadas de aseo recién llegadas a la capital); y, la segunda, a ocupar el resentimiento como un combustible necesario para nuestras lecturas y escritos venideros. Esto se trata de un viaje por la memoria y la alucinación, hasta ese lugar inhabitable en que un día comenzamos a escribir y a ser vistos como literatura.

Es cierto que muchas veces nos aprovechamos del descuido y de la desorientación de la Sra. Ramos, robando libros de los estantes de su pública biblioteca, donde ella las emprendía de guardia, prestamista y jefa de local. Es a ella a quien agradecemos las páginas de viento favorable y presas gordas que saquemos de este viaje imaginado, pero también la injuriaremos las noches de calabozo y pesca estéril. Como buenos hijos de la desgracia americana, nuestra gratitud es siempre a la conveniencia. 

También recordamos la conversación con los ancianos del barrio, quienes, a cambio de un saludo o la entrega de medicamentos, inspiraron muchas de las historias y poemas compilados en este “infierno flotante”. Les brindamos nuestro apoyo y respaldo, no al modo de las católicas y adineradas familias de Chile, las que siempre han tenido un cuarto reservado para la servidumbre y los parientes molestos, sino que con el mismo respeto y admiración que alguna vez sentimos por las palabras de los mayores: ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza sus abuelos , nos dice el jefe Seattle, en una carta enviada al Presidente de EE.UU, en 1855.

Hemos dicho que no nos gusta el Chile actual, del que dinamitamos y cortamos un buen pedazo de territorio, donde hemos fundado nuestra “patria-industria”. El problema de Chile no es su realismo exacerbado ni su curia poética, es la mantención de un discurso unívoco que nos obliga a seguir fabricando libros como estos, más emparentados con el mundo de la metafísica que con el de la política, que es donde debiéramos estar. A falta de una tribuna más amplia solo aspiramos al desmantelamiento de la voz de mando, dejándola incapacitada para fiscalizar y aplicar normas de civilidad en las cloacas y los extramuros de la ciudad. 

Invitamos –entonces- a quienes quieran acompañarnos en este viaje sin destino seguro a encaramarse en este “buque de sombras”, cuidando de mantener el contrapeso y no cargar mucho el navío hacia un solo lado, para que no se hunda por su delicada arquitectura, hecha de papel y de materiales ligeros.



Ahora es tiempo. Todos juntos.

Por industrias CHILE y el descalabro moral.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias. Tu comentario es muy importante para nosotras.